LA VIDA SIMPLEMENTE

Necesito la lluvia, el frío; el viento susurrando en mis oídos. Necesito abrazarme y temblar. Cerrar los ojos y volar. Necesito la sal rodando por mis mejillas; el sabor amargo y pesado ahogado en mi garganta. Necesito el olor a tierra húmeda; el recuerdo de la paz y de la fruta en la rama. Y con el alma apretada, abrir las pupilas doradas con esa esperanza triste que convive con

Otoño en el aire y en los sentimientos Otoño en los ojos de un cuerpo cansado Huellas de ayeres fugaces  De besos robados a una boca antigua sedienta de caricias que nunca llegarán Otoño sin treguas, sin principio y sin final… Recuerdos que van sin regresar,  llevándose los hechos y dejándonos prisioneros de ese tiempo acabado en un ayer lejano.  

Despliego mis alas al viento, esperando aquella leve brisa que emana de su boca para así, al fin poder volar sobre las olas y bajo el sol. Pero algo y nada sucede. Cierro mis ojos y continúo esperando elevar aún más mis pies en el aire… Nada. No quiero voltearme y ver que ya no estás, que te has cansado de empujar. Que el  impulso que daba vida a ésta

Desperté sintiendo que estaba en un lugar que no comprendía. (No alcancé a darme cuenta quien era la que despertaba) Me desperezaba sintiendo que iba armando un rompecabezas e iba poniendo cada cosa en su sitio: las escaleras, la sala de estar, mi hija… De pronto ya volvía a ser «YO»… pero ¿quien era antes de eso? Hace ya varias noches que me vengo sintiendo así, medio rara. Suenan bombos en

Sola. Rodeada de estrellas luminosas que no logro alcanzar. Ellas me ven y me sonríen; son compañía en mis noches vacías y ciegas pero no logran entibiar a este corazón que se ha quedado frío y muere de a poco…. agotado, tan triste y desolado como aquella vieja luna de plata que me vigila y me confunde y me hipnotiza. Que oculta algo entre sus sombras; como tú, como yo.