Sola dentro de un ascensor pequeño. Veo mi imagen reflejada en los espejos pegados a los costados. Debo ir al 2° piso y no se por qué pienso tarde, que debí subir por las escaleras.
De pronto los números que indican el piso al que voy se vuelven locos y comienzan a indicar que voy bajando a toda velocidad. Piso -15, -20, ¡-120!. Debe ser una broma.
Me afirmo de los pasamanos. El ascensor se detiene; ya no baja, ahora comienza a subir de forma vertiginosa. Los pisos comienzan a ser números irreales: 120, 135, 150. No entiendo nada pero no entro en pánico. El ascensor vuelve a detenerse, ahora veo claro. Es el piso 73. Se abren las puertas. Asomo la cabeza hacia afuera. No veo nada ni a nadie. Decido pedir ayuda. Presiono el botón de emergencia que hay dentro del elevador y pienso que es la primera vez que hago algo así. Pero el botón no funciona y antes de que las puertas del elevador se vuelvan a cerrar violentamente, decido salir de ahí.
Ya he despertado. Estoy segura de ello, pero continúo dentro del sueño, saliendo del ascensor y abriendo los ojos al sentir un escalofríos feroz recorrer toda mi espalda y presentir que no estaba sola ahí dentro.
Miró hacia atrás y creo distinguir una sonrisa. Pero ya no se si es parte del sueño o de mi imaginación.
¿Sería la misma entidad que rozó mi cintura el día anterior y que al voltear a verla, tampoco estaba?
¿Qué quiere?, ¿Quien es?
Decido escribirlo todo antes que olvide detalles, aunque se que ya al comenzar a hacerlo he olvidado más de uno.